sábado, 6 de abril de 2013

¿Puede el arte cambiar el mundo? La increíble obra de JR, consigue cambiar la percepción del mismo.



 






















El Street Art se muestra en su formato más innovador y mágico de la mano de un grafitero francés que pensó que, si los político y banqueros pueden cambiar el mundo a peor, quizás él podía dar un giro en sentido contrario, algo que parecía imposible, pasó a ser uno de los proyectos de acción colectiva más importantes del arte actual, que tiene como escenario uno de los museos más grandes del mundo: la ciudad.
La vida de muchos de  los que se levantan en los sitios más pobres, conflictivos y abandonados, sin ilusión ni expectativas, cambia radicalmente gracias a este proyecto, olvidando por completo ese sentimiento de miseria, cada momento en que su cabeza se ocupaba de esa curiosa iniciativa que JR, casi sin darse cuenta puso en sus manos... para ellos, arte es:  depender, necesitar y desear formar parte del proyecto y olvidarse de no tener, probablemente, que llevarse a la boca ese día...
De grafitero parisino a fotógrafo callejero...


 Fotografió primero a sus amigos  y en el 2006 se encontró con las revueltas de París, los jóvenes enfurecidos y los coches en llamas. Los medios de comunicación se hicieron eco de la fuerza de sus imágenes y él respondió cambiándolo todo.
 Volvió a los barrios de los cristales rotos y esta vez fotografió a los mismos “delincuentes” como jóvenes quinceañeros capaces de reírse y de caricaturizar su suerte de barrio bajo. 
Puso nombre a sus rostros y colgó sus retratos gigantes en las calles de los bien avenidos. 
El resto lo hizo el Ayuntamiento que, en lugar de encerrar a JR,  acabó por bautizar su arte pegándolo en las paredes de la ciudad. 
 JR comprendió que “el arte no puede cambiar el mundo pero si nuestra percepción del mismo” y aprovechó su fama  para remover los paradigmas que enfrentan a los seres humanos en los puntos más enmarañados del planeta.
En Oriente Próximo su proyecto ”Face2Face” abrió un camino inexplorado en las relaciones palestino/israelíes, poniendo sobre la pared lo que unía a taxistas, profesores  o peluqueros de ambos lados del muro. 


Allí descubrió que los héroes auténticos están  en todas partes y que  los verdaderos  valientes del proyecto  fueron los palestinos y los israelíes que le permitieron pegar las fotos de la paz en las fachadas de sus casas.

            


JR, con  su compromiso de traer a la cotidianidad de las ciudades a los que habitualmente están fuera de la pantalla,  ha convertido las calles en el museo más grande del mundo.
 En Kenya, en las favelas de Brasil, en los suburbios de Los Ángeleslos sin nombre “se levantan por lo que les importa” y participan en los proyectos artísticos de JR, apropiándose de ellos para recuperar su espacio de identidad.

(…)"En Kenya, por ejemplo usé vinilo en los tejados, para proteger a los vecinos de la lluvia. En cada lugar la gente tiene que encontrar lo que le interesa del proyecto."


 
(...)"En lugares como Kenya o Brasil, la confrontación y la experiencia con la gente fue tan fuerte que quisimos regresar y mantener un vínculo con esas personas…hay muchos más lugares a los que quiero regresar para  continuar con el proyecto, porque a veces la onda de la imagen  puede ser leída incluso cuando la foto se ha ido.  La foto, es como el papel, es efímera, se va con el tiempo, pero siempre se queda una imagen en tu cabeza."
"No estoy intentando cambiar el mundo, pero cuando veo a la gente sonreír en las favelas o en Camboya, de alguna manera siento que he alcanzado mi objetivo."
   

  




2 comentarios:

  1. Que gran trabajo, es genial. A mí me encanta la fotografía que muestra la imagen de los ojos de un niño, creo. Es preciosa.
    Además de por su arte, su filosofía de vida por la que lucha es digna de admirar.

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  2. Lo encontré buscando info del street art y me gusto mucho el trabajo, por eso lo compartí... menos mal que alguien me lee jajajaja!! Gracias por comentar, me alegro que te gustara ;)

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