Somos lo que pensamos, escribimos lo que pensamos, y con ello, nos identificamos con lo que escribimos. Debemos ser fieles a las palabras, porque ellas dirán una parte de nosotros que queremos mostrar en ese momento a través de ellas.
No se puede obviar el poder de las palabras y como no, de la imagen.
Transmitimos con ambos, y enseñárselo a los alumnos es esencial, al fin y al cabo, es lo que nos diferencia, pero también tenemos que aprender a respetar esas diferencias, y ese camino es largo y contradictorio, porque a veces no queremos, pero nos dejamos llevar por las palabras y la imagen del que dice o es diferente a nosotros o a lo que se considera "normal".
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